O como dirían los catalanes, STOP als espectacles sagnants (perdón si cometo algún error, pero he usado el traductor de google).
Y es que ayer se ha logrado poner una nueva piedra en el camino por eliminar los espectáculos basados en el maltrato y asesinato injustificado de animales, aunque solo haya sido a nivel de la comunidad catalana y no ha nivel nacional (que más de uno hubiésemos preferido). Sin embargo, esta decisión ha estado rodeada de polémica, polémica política para ser más concretos, ya que determinados partidos políticos han utilizado argumentos pro-independentistas y otros pro-españolistas, para defender sus posturas en el debate. Esta politización del tema a debatir no es más que una forma de intentar arrebañar votos, una defensa populista de sus posturas, hasta tal punto que estos partidos a los que me refiero obligaron a sus diputados a votar lo que el partido decidía sin darles opción a votar según su opinión personal.
Así pues, tras el debate hemos podido escuchar declaraciones tan ridículas como que esto es un ataque a la cultura de España, que los catalanes solo buscan métodos para separarse de España, y un largo etcétera de opiniones equivocadas que intentan buscar en esta prohibición un «ataque» contra España. A esta gente yo les digo, que se equivocan si piensan que solo es en Cataluña donde hay gente en contra de estos espectáculos, porque estamos por toda la península. Yo mismo, soy vallisoletano, castellano-leonés y español, estoy en contra de los espectáculos taurinos basados en disfrutar por la tortura del animal y su posterior muerte; ¿acaso esta opinión me hace menos español?
Luego también se ha intentado dar pena, hablando acerca de que esto va a generar mucho paro… ¿paro? ¿de qué? Que yo sepa, todas las ganaderías seguirán funcionando, ya que solo se eliminan las corridas de toros y todos los demás espectáculos taurinos donde no se le da muerte al animal se mantienen, y por tanto se necesita que sigan estando las ganaderías. Además, son los mismos pro-taurinos quienes en su cabezonería no han sabido adaptarse a los tiempos, ya que perfectamente podrían realizarse corridas de toros en donde el animal no fuese herido, ni mucho menos matado. Así que de paro nada de nada, salvo el propio que ellos quieran crear.
Por otro lado, en mi opinión y por una adecuada defensa de los animales, creo que hubiese sido mucho mejor que se hubiese realizado esta prohibición en otras comunidades autónomas antes que en Cataluña; pues si bien en Canarias ya estaba prohibido, quedaba muy en el pasado y parecía más ajeno a la península, mientras que al haberse realizado esta prohibición primero en Cataluña, se ha politizado enormemente el tema sobretodo en ciertos partidos políticos y en muchos medios de comunicación, y esto podría crear un efecto opuesto en el resto del país, pues si bien en Cataluña muchos pudiesen ver la prohibición como una forma de acercarse a su independencia (pobres ilusos), en el resto de España muchos a los que no les importaban las corridas de toros ahora buscarán defenderlas como si con ello estuviesen defendiendo a su país de una guerra (pobres ignorantes).
Sin embargo, no podemos elegir donde se comienzan estos cambios, pero lo cierto es que terminan llegando y preveo que en los próximos meses se empezará a debatir en numerosas comunidades autónomas en pro de prohibir las corridas o en pro de convertirlas en patrimonio al que proteger.
En definitiva, me alegro por la prohibición de las corridas de toros y espero que con el tiempo otras regiones copien la reciente iniciativa de Cataluña, y la más antigua, pero creo que más completa, de Canarias.